3/5/08

Apuestas

Hay que admitirlo: a uno le tira el juego.
De adolescente nos juntábamos con los (ex) chicos a jugar al black jack, poker y demases por migajas o no tanto.
Más grandecitos, con otro grupo, mantuvimos la costumbre: cada viernes por la noche, Tele, Gabi, Pol, Oliver, Lajma y yo nos reuníamos en alguna casa a darle duro a las cartas hasta entrada la madrugada, con cigarritos, habanos, algún trago y el infaltable café de Flor cuando nos albergaba el jardín de invierno de la calle Lezica.
Algunas noches había uno que se iba sin poder sentarse, con bronca por el mango perdido, dolorido.
Otro siempre sacaba a relucir su sonrisa.
Otros tiempos, muy lejanos.
Ahora hay métodos más modernos. Y después de meditarlo unos cuantos días, me decidí: abrí una cuenta en una de esas casas de apuestas deportivas online. Internacional, por supuesto, segura; y recién llegada a la Argentina.
Cien pesitos: ése fue mi depósito inicial, que demoraría alrededor de 14 días hábiles en hacerse efectivo.
El 13 de marzo, bien temprano, recibí la notificación: "Se han acreditado sus fondos".
El 13 de marzo, cuatro horas más tarde, recibí otro correo: "Debido a circunstancias ajenas a nosotros, la página se halla temporalmente fuera de servicio".
"La página" es -hace falta decirlo?- la página de la casa de apuestas deportivas. La online. La internacional. La segura. La recién llegada a la Argentina. La p...

Dos meses después, mi dinero sigue ahí, flotando en el espacio inaccesible pero "a salvo", según aseguraron en otro e-mail.
La web, clausurada por orden judicial, a la espera de un acuerdo entre la empresa, la AFA y el gobierno.
Y mis ganas de apostarle a algo siguen encerradas en otro fracaso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eso si es de perdedor. de perdedor y nostálgico además. Pero compite con el pibe este jugador de tenis que la semana se le quemó la habitación donde estaba en europa con un premio cash de miles de euros (el UNICO challenger que paga cash y no cheque). Se le quemó la guita, literalemnte

Yo no me quiero casar... (II)

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