29/5/09

Lo juro

No es que no me dé la cara para postear algo porque esté abarrotado de victorias. Estoy tan perdido que no me pasa nada, ni bueno ni malo.

Ya ni perdedor soy: no existo. No me pasan cosas.

Algún día me ocurrirá algo y actualizaré el blog. O no (matopeya). Ouch.


Hasta la derrota siempre

27/5/09

Preguntas (VIII)

Por qué me llevé a Perú una campera abrigada y un piloto de lluvia, y ni las saqué de la valija?

Por qué leía desde Lima que en Argentina se vivía un veranito otoñal y justo, pero justo cuando yo llego empieza este frío de cagarse??

26/5/09

Traductor

Todos lo saben: en el Perú se habla el mismo idioma que en la Argentina. Ahora bien, como también todos saben, cada país o ciudad es un mundo, y además de la manera de decir las mismas palabras (Ya se dice ia, y Gino se pronuncia Iiiino) existen términos que no tienen la misma acepción.

Me pasó uno de los primeros días, en una fiesta. Ebrios varios, alguien me preguntó algo sobre una chica que estaba bailando, chica más joven que yo, y yo solté la frase: "Y sí, me gustan las pendejas".

Al lado mío había una pendeja. Pendeja en castellano argentino: en el Perú, pendeja se le dice a la perra, a la chica de alguna manera fácil. Fácil porque le gusta, no porque cobre, claro. Es lo que en portugués serían 'falsos amigos': términos que en ambos idiomas se escriben igual pero que significan otra cosa.

A los pocos días me enteré de su significado y, lo admito, me sonrojé pensando en la pendeja que estaba sentada a mi lado en esa fiesta (pendeja según los argentinos, no en el Perú).

Por tal motivo, desde entonces empecé a anotar palabras desconocidas por mí y su significado. Me hice la listita, la cual comparto con ustedes. Si viajan a Lima, ya lo saben: no hablen como argentino típico.

Chela: cerveza. "Oye, Jota, vamos a beber unas chelas!"
Misio: seco, pobre, sin plata. "Oye, Jota, he quedado misio. Me invitas una chela?"
Chicha: grasa, mersa. "Qué chicha es Silvia Suller!"
Chamba: trabajo. "Esta chamba me está volviendo loco"
Jato: casa. "Jota, vente a mi jato".
Cabro: homosexual, gay. "Prefiero que mi hijo salga cabro a tener una pendeja"
Chibolo: nene, pendejo, chico joven. "Ese chibolo te está robando"
Pendejo: imbécil. "Pues mira a Jota. Qué pendejo!"
Bacán: joya. "Oye esto está bacán".
Chévere: buenísimo. "Qué chévere estuvo la salida, Jota, lástima que anduviste a los tropezones"
Me llega al pincho: me rompe las pelotas (aunque pincho no significa pelotas, claro, pero en Argentina no decimos me llega al pito, no?). "Este Jota me llega al pincho!"

Pronto, más del diccionario peruano-argentino.


23/5/09

Mi primera victoria

Tal vez la parte más perdedora de este post, y contradictoria de por sí, sea justamente el no tener una anécdota perdedora para contar en tu blog perdedor.

Pero es así. La verdad, amigos, amigas, pequeños saltamontes, pequeñas de colores, lo que viene no tiene ni un ápice de derrota, y aún así tenía que compartirlo.

Como todos saben, estoy en Lima, Perú, trabajando. O terminando de trabajar después de un mes. El domingo vuelvo a casa, a la rutina, a las derrotas de cabotaje. Y más allá de alguna caída o papelón pasajero que ya conté en esta página -y de alguna otra que no sería bueno contar por cuestiones personales-, todo fue de maravillas.

Como muestra, un botón. O un montón (de cervezas).

La noche del jueves los compañeros de trabajo me hicieron la despedida. Vale aclarar que me la organicé yo, pero a fin de cuentas no me dejaron pagar ni una chela. La Noche de Barranco fue el lugar elegido, y veinte (sólo cuatro damas) fueron los que me agasajaron.

De más está decir que eso demuestra que en un mes logré en el extranjero lo que en muchos años no conseguí en mi país: a mi último cumpleaños asistieron solamente dos personas. Tristísimo.

En este caso hubo litros y litros de cerveza, algunos cuantos tragos, mojitos, piscos y demases. Hubo mucho tabaco, mucha charla, muchas sonrisas, muy buena onda, y una rockola en la que alternaban Soda Stereo con The Beatles, Bob Marley con Charly García y alguna banda peruana con Los Auténticos Decadentes.

Esta experiencia mensual, más allá de sumar anécdotas para este blog, fue sumamente gratificante. Y nunca me voy a olvidar del final de esa madrugada, con los ocasionales compañeros de trabajo alzando los vasos todavía llenos de cerveza, entonando la canción más ganadora del mundo: "Ohhh, Jota no se vaaaa... No se vaaaa, no se vaaa, Jota no se vaaaa".



21/5/09

Los juegos de Jota

Una imagen, una respuesta: cuál es?
(re fácil)

En unos días, la solución dentro de los comment.

Exitos.



Y traten de no adivinarlo en la primera porque pierde un poco la gracia, hagan de cuenta que es más complicado de lo que es... dale?

J

19/5/09

Sobre la simpleza

Le explicaba a Sushi Punk el otro día:

-La cosa es así. No es que tenga tantos problemas para comer, es que me gustan las cosas simples. Como carne, pollo, pescado y pastas, eso es casi todo lo que se puede comer. Lo único que no como son verduras crudas, y después no como aderezos: mayonesa, salsa golf, ketchup, crema... Eso, no me gusta la crema, ni en el flan ni en las salsas, carnes, pollos o pescados, o incluso pastas. Entendés? Mi problema no es la comida, sino cómo se cocina. La comida, poco condimentada, simple, con gusto a comida! Tampoco me gustan los picantes.
-...
-O sea... Para qué quiero que la hamburguesa tenga gusto a mayonesa? La quiero con gusto a hamburguesa! Se entiende?
-...
-A ver... Siempre que voy a un restorán encuentro lo que comer. Salvo que sea un restorán fifí, con cinco platos rebuscados. Ah, y como verduras cocidas, eh: papa, batata, calabaza, acelga, espinaca, choclo, arvejas... cosas así. Y todas las frutas menos melón y sandía. Si voy a un restorán chino, como arroz con pollo o con carne o con camarones, pero no me pidas que coma esos fideos con salsa marrón y verduritas con salsa de soja.
-...
-Me acabo de dar cuenta.
-Qué?
-Ser simple es bastante complicado.
-Jajajajajaj.

Y creo que Sushi se rió conmigo, no de mí.

18/5/09

Ojo

Si algo me faltaba además del regreso de la urticaria era tener un orzuelo.

Nunca había tenido y me lo agarré acá, no sé por qué, ni cómo, ni cuándo, pero hace dos días me desperté con el ojo hinchado y ahora me dicen que es un orzuelo.

Me duele el ojo derecho, lo tengo rojo, inflamado, me late y, dicen los que dicen que saben, todavía se va a poner peor.

Anduve hurgando en la interné y sugieren paños de manzanilla, frotarse con un anillo de oro o con una llave, un hisopo con agua caliente. Yo estoy más cerca de ponerme a llorar o de sacarme el ojo con una cucharita.

En cualquier momento agarro una moneda de 50 centavos de sol y me corto las venas.


16/5/09

Nada se pierde, todo se transforma

El de ayer fue mi cuarto día libre en Lima, desde que llegué hace 22 días. La noche anterior, es decir, el jueves a la noche, me la pasé en el casino con el amigo León y me terminé acostando a las seis de la mañana. Ergo: me levanté, en mi día libre, pasado el mediodía.

Logré salir del hotel a las 2.40, fui a pasear por el malecón, a dar unas vueltas por Larcomar, caminé, caminé, hasta que reposé en una cómoda silla del Bembos para comerme una buena hamburguesa con queso, huevo frito y tomate. Después, Starbucks: cafecito con muffin de naranja y chips de chocolate.

Debía volver al hotel. Había arreglado con mi amiblogger Sushi Punk para vernos y tomar algo en su casa. Pero llamó:
-Oye, Jota! Te gusta Drexler?
-Sí.
-Bien! Hoy me acompañas, hay un concierto aquí. Vienes conmigo.
-Bueno.
-Tengo entradas Super VIP!! Ponte más contento, Jota!
-Ehh! Iupi!
-Así me gusta! Ven a casa a eso de las seis; viene una amiga, pero puedes venir.

Pasadas las seis estaba en la casa de Sushi Punk. Me invitó una cerveza Pilsen mientras charlábamos de la vida y de la nada, cuando llegó su amiga, cuyo nombre no recuerdo, aunque sí recuerdo que estaba más buena que un atracón con alfajores Capitán del Espacio o, en su defecto (no el de la chica, pues no tenía ninguno... bah, salvo que tenía novio), de una caja de Havannets.

Se sentó, hablaron un poco de sus trabajos, amigos y amores (no entiendo bien por qué, pero cuando estoy con dos mujeres paso a ser una amiga más, hablan como si no estuviera), hasta que nos fuimos: Jorge Drexler tocaba en el Polideportivo de la Pontífica Universidad Católica de Lima. Y yo iba a ser uno de los Super VIP. Yo, Jota! El perdedor!

Al llegar nos dimos cuenta de que todo era mentira. Los asientos 42 y 44 de la fila 14 de la Super VIP estaban más o menos en al Centenario Alta de River, pero a ras del piso. Es decir: el escenario estaba detrás de la cabeza del tipo de adelante. Y adelante del tipo y de muchas personas más, estaban los sectores super extra VIP, VIP de la puta madre y VIP para gente de bien. O algo así, pero había mucha gente delante nuestro. Demasiada.

Lo que veía, aunque restándole el zoom de mi cámara, era más o menos esto:



Mala suerte, nada grave, eran entradas gratis. Pero siempre hay más.

-Ahí adelante están unos amigos, y en la fila delante de ellos hay lugar. Vamos! -sugirió Sushi.

Fuimos. Saludamos a sus amigos, nos sentamos en la fila de adelante.

Empezó el recital, todo muy lindo, hasta que cuando estaba por tocar el tercer tema una chica le gritó algo a Drexler: le había pedido un tema. El, caballero, le respondió unas palabras y decidió complacerla. Se puso a cantar Horas.

Claro que a los 25 segundos, después de equivocarse dos veces la letra, paró.
-Esto es lo que pasa cuando cantás una canción que hace mucho no cantás -salió airoso, ante los aplausos del público.

Siguió cantando Horas, volvió a equivocarse la letra y a corregirse sobre la marcha. Y todo siguió.

Un par de temas después, frenó porque había un ruidito y un técnico tenía que solucionarlo.

Otro par de temas después, una linterna me alumbró la cara: era la acomodadora para decirme que estaba en el asiento de otro, y ese otro estaba detrás suyo para ocupar su lugar. El tipo, buena onda, decidió irse a otro lugar libre. Y nos dejó en paz.

A los pocos minutos, Sushi se fue adelante a grabar un tema en video, para un trabajo. Cuando volvió, no me encontró: yo estaba ya un par de asientos más atrás, porque habían venido otras dos personas con otra acomodadora y tenían el lugar que ocupaba Sushi. Y lo querían.

Desde ya, el lugar que terminamos ocupando tampoco era nuestro. Por eso, cada vez que se acercaba cualquier persona temblábamos, pensando que íbamos a tener que movernos de nuevo. Por suerte, no ocurrió.

Tenía ganas de grabar un tema en mi camarita digital, algo que había intentado dos veces en vano por mi mal pulso o porque la pendeja de adelante levantaba el celular cada 20 segundos y me tapaba la visión (además, recordemos, no se veía demasiado).

Me puse firme y lo decidí:
-El próximo tema lo grabo entero, y si la mina levanta el celular la mato -le dije a Sushi.

Se apagaron las luces, señal de que se venía un nuevo tema. Y empecé a grabar, y Drexler empezó a cantar El pianista del ghetto de Varsovia, pero la luz seguía apagada... y así cantó todo el tema... el que yo grabé: no se ve NADA.

Después de los bises, nos fuimos afuera con Sushi, porque ella tenía que repartir unas revistas y yo iba a ayudarla. Obvio: volvió Drexler y hubo más bises, con nosotros afuera.

Ya hacía frío. Encontramos a otra amiga de ella, que nos acercó con el auto, y terminamos comiendo en un restorán de un argentino, cercano a mi hotel y a su casa. Hablamos, hablamos, hablamos, hasta que yo empecé a hablar más que ella y Sushi casi se me duerme arriba de la mesa: creo que se aburrió.

Ahora bien, qué tal el recital, qué tal la noche, adónde está la moraleja de la derrota? No la hay. El recital, a pesar de los percances, debo admitir que estuvo muy lindo, entretenido, Drexler tuvo la mejor de las ondas, interactuó mucho con la gente y tocó temas conocidos por todos. Por todos ellos: se ve que los tres discos que tengo de él no son los más nuevitos...

Además, él es uruguayo como yo, un grande. Bueno, en realidad yo no soy uruguayo, soy argentino, pero es más o menos lo mismo, estamos cerquita, hablamos el mismo idioma. "No sé qué Dios es el mío, ni cuáles son mis hermanos", canta él. Es que en el fondo somos todos seres de carne y hueso, no? Sólo que algunos más perdedores que otros.

15/5/09

Ella

Sinceramente, no la extrañaba. Y mi llegada a Lima había logrado erradicarla hasta de mi cabeza.

Pero volvió.

Volvió y eso me generó, primero, un cosquilleo, como una comezón en la panza.

Y me provocó incertidumbre, impaciencia.

Pensé que era eso y nada más, que ya se iba a alejar, que se iba a dar cuenta que ya no quiero sufrir más por ella.

Pero volvió. Sí, acá, en Lima. Me sigue.

No tuve otra que dejarla volver, dejarla entrar otra vez en mi vida... Hay cosas que no puedo manejar. Claramente.

De día debe hacer su vida. Cuando salgo para trabajar, desaparece y la vuelvo a encontrar a la noche en el hotel. No me deja dormir, pero no porque sea juguetona: es molesta. Es arpía.

Pero ya te voy a echar, maldita perra.

Urticaria del orto, ya te voy a echar de mi vida!!!!!

14/5/09

Ay!

Me duele acá.

No, acá.

Sí... acá... la puta madre. Acá... acá adentro.

Me duele.

Ay.








(lo siento, no era para que alguien lo entendiera, sino porque tenía la necesidad. En unos días tal vez vuelva a postear algo 'normal', dentro de la 'normalidad' de Jota. O no. Si me duele, no.)

13/5/09

Limpio

Día de descanso.
Paseo: las callecitas de Miraflores, San Isidro, un jugo en La Gran Fruta, un almuerzo en Bembos, descanso en el hotel y... al casino con Reyes y León.

Media hora en los caballitos y terminamos los tres limpitos, sin un sol, sin un dólar.

Y al black jack: Reyes duró lo que un suspiro. A las 11 de la noche se fue a dormir.

León y yo nos mantuvimos. La peleamos con Aurora, con Laly, con José, con una oriental que tenía mucha onda y hasta con una caracúlica que daba ganas de pegarle. Los croupiers no podían con nosotros. Hasta que se sentaron ellos: dos que no tenían ni idea de cómo se jugaba y pedían carta hasta con 17 en la mano.

Nos limpiaron.

Me levanté de la mesa, me fui.
-Toma, te presto 20 dólares -dijo León.
-Con esos dos en la mesa, ni muerto.
-Nos cambiamos de mesa?
-Vamos.

Empezamos a levantar. Tripliqué el préstamo, devolví lo recibido. Y nos mantuvimos.

León venía como loco. Yo me mantenía. Laly volvió y nos hizo feliz.
-La amo, la amo -gritaba León.

Yo apenas si le tenía simpatía. No me iba tan bien.

A la 1 me quedaba poco y nada.
-Voy por todo o me vuelvo al hotel -dije.

Y empecé a mejorar.

Cambiaron a Laly, reapareció Aurora. Le puso ganas.

1.30 me quedé sin un centavo.

1.45 León se quedó sin un centavo.
-Cambio 20 más, me esperas? -dijo.
-Ni loco. Vamos. Dejate de joder. Ya te tomaste como veinte vasos de whisky, vas a jugar hasta pasado mañana. Y vas a perder.

Son las 2 de la mañana. Y estoy en el hotel. Limpio como mamá me trajo al mundo. Sin un sol ni un dólar en el bolsillo.

Qué pelotudo.

11/5/09

Respuesta obvia

Mis amigos, amigas y familiares no dejan de mandarme mails o mensajes de texto preguntándome cosas por el estilo:
-Y? Conociste el Machu Picchu, fuiste a Cusco?
-Vas a ir al Titicaca?
-Estuviste en Máncora o las playas del Norte?
-Y en la selva?
-Iquitos?
-Arequipa?


Mierda! Vine a trabajar, tuve dos días libres en 15 (y ni siquiera juntos) y no tengo tiempo ni para escribir los posts.

No, no voy a conocer nada. Lo siento.

Lo siento por mí...

9/5/09

Horóscopo para mayo

Aries: dicen que mayo es el mes del amor para los arianos. Y que las que se llamen Ariana y encima hayan nacido en Aries se van a terminar con una sorpresa dentro de la panza. Ah, para los que se llamen de otra manera seguramente aparezcan los problemas reproductivos y no se solucionen por años.
Tauro: si te mirás en el espejo y aparecen arrugas, apurate: hay que conseguir pareja antes de que termines hecho o hecha mierda y nadie te quiera. Las menores de 25 tendrán muchos problemas hormonales.
Géminis: un problema de erección es menor; dos pueden tener que ver con los nervios; si ya van tres, probá con pastillas. Si seguís con problemas, tal vez te gusten de otro sexo. Un gran mes para comprarse electrodomésticos.
Cáncer: consumismo a pleno. No entres a un shopping o vas a perder la mitad de tu sueldo en pavadas. No compres zapatos ni zapatillas: te vas a equivocar el número y las vas a terminar regalando.
Leo: cortes de luz. Si vivís en un piso alto, preparate y comprá todo lo que necesites para no tener que bajar por las escaleras en busca de papel higiénico (además, tal vez no llegues y te cagues en el quinto).
Virgo: qué porrazo! Ah, todavía no te lo diste? Preparate, una caída o golpe fuerte te va a provocar serios dolores. Chicos, un consejo: no insistan, no revoloteen como moscas, acepten la cara de culo como un ‘no’ terminante de parte de ellas.
Libra: una oferta laboral te va a entusiasmar. Aceptala, disfrutá de los beneficios de un gran sueldo. Y preparate: es probable que te asalten antes de fin de mes. Se van a la B.
Escorpio: no manejes de noche, esa señal, sí, ésa, no la vas a ver y te vas a estrolar contra un árbol (en el mejor de los casos; en el peor, vas a matar a alguien y a terminar en TN). Desde el 16 al 21 de mes vas a encontrar pareja. Un tanto despareja, pero pareja al fin.
Sagitario: sería bueno un viaje para calmar los ánimos. Si te llegás a decidir, venite a Lima y damos una vuelta. Eso sí: antes del 24, después ya vuelvo. Salud: resfríos, posibles dolores de cabeza, tal vez una buena gripe porcina.
Capricornio: si todavía no superaste la separación de tus padres, preparate porque se viene un gran anuncio de casamiento de uno de ellos. Vas a tener hermanitos. O hermanastros. En fin, está bueno a veces, disfrutalo.
Acuario: amores inesperados y desamores –como siempre- esperados. Calambres nocturnos: comé banana para prevenirlos. Cuidado con las escaleras. 
Piscis: sexo casual y enfermedades virales. No es un mal combo si se tienen en cuenta de los beneficios de lo primero, pero cuidate. Lo viral no se cura fácilmente.

Fuente: HoJota*

*Grupo de especialistas en futurología bautizado como Horóscopos Jota, integrado por dos astrólogos, una foniatra, un crupier, un librero del Parque Rivadavia, el dueño de una cebichería de Perú y dos eunucos con poderes sobrenaturales.
*El porcentaje de probabilidades de error, esta vez, es de 18,09%.

6/5/09

Chimpunes

-Jota, te has traído los chimpunes?

Después de preguntar de qué corno me estaban hablando, y de entender que se referían a los botines o zapatillas de fútbol, le expliqué a Apuy que no, que no los había traído. Ni muerto. O evitando estar muerto.

Retirado del fútbol, y vuelto a retirar, agradecí la invitación de mis nuevos compañeros y comencé a contar las cuestiones de fondo. El desgarro, la falta de actividad física, los pies cuadrados y la vagancia crónica.

-Pero nunca has jugado? -interrogaron.
-Sí... alguna vez hasta jugué bien. Les cuento?

Me dijeron que no, así que les cuento a ustedes...


Mi historia futbolística no es tan pobre. En la escuela primaria, por ejemplo, era de los primeros en ser elegido en el pan y queso de los recreos. Sin embargo, las reglas tiraron abajo mi buena técnica: en la clase de gimnasia estaba prohibido jugar al fútbol. Vóley o handball. Y elegí el handball...

Jugaba bastante bien. Pero me cansó demasiado rápido ese deporte híbrido, y entonces decidí atajar para, al menos, volar un poco. Con el tiempo, poco tiempo, me convertí en un gran arquero de handball. Tenía una enorme capacidad para atrapar las pelotas sin dar rebote y, sobre todo, nulo miedo para tirarme de cabeza y bancarme los pelotazos.

Un día, notición: la escuela organiza un torneo de fútbol.

Jota fue arquero de su equipo. Y su equipo, después de ganar una definición por penales en la que él atajó tres, fue campeón. Lo llevaron en andas, al grito de 'Jota, Jota!'. Fue increíble.

Por eso, sus amigos lo incentivaron: venite a jugar al Oeste!
-Se fue el arquero titular, queda el suplente. Y vos sos mucho mejor!

El suplente era otro chico de la escuela, de otro grado. Claramente: yo era mejor.

El Club Oeste era un club de mi barrio, Little Horse. Fui, me presenté ante el técnico y Diego, mi compañero, les habló tan bien de mí a los otros jugadores que, sin verme, ya me querían como titular. La prueba fue dura porque apareció otro candidato para el arco con vestimenta adecuada (yo no tenía ni guantes), mucha más altura y, sin dudas, mayor futuro que yo.

Varias semanas de entrenamiento y un partido final en el que atajé un tiempo (en el otro lo hizo mi rival) fueron suficiente para que Pino, el entrenador, se decidiera:
-Estuvieron los dos muy bien, pero me quedo con Jota.

Felicidad. Alegría. Esa semana fui a la federación a sacar mi carnet de jugador, con fotito y todo. El fin de semana era el primer partido...

Y fui suplente.

En el entretiempo ya perdíamos 9-0. Al otro arquero le entraban todas.
-Preparate que entrás -me dijo Pino.
Yo empecé a mover las manitos.

Entré, atajé muy bien el segundo tiempo y perdimos 9-1. Invicto. El técnico y mis compañeros me felicitaron.

Los siguientes cinco partidos los vi desde el banco. Y vi cómo perdíamos una vez, y otra vez. Diego y los demás le pedían por favor a Pino que me pusiera a mí en el arco.
-Juan Pablo estuvo esperando esta oportunidad mucho tiempo, se merece jugar -respondía el DT.

Y yo en el banco.

Volví a atajar contra Parque, la élite del fútbol infantil: 0-6 en el primer tiempo y Pino me mandó adentro. Perdimos por ese marcador.

Y yo seguía invicto. Y suplente.

En la última fecha del torneo tocó All Boys. Perdimos 2-1 y me hicieron el de la derrota (jugué todo el segundo tiempo). En resumen, atajé tres medios tiempos, me hicieron un gol. Y perdimos siempre.

Decidí volver al año siguiente para ganarme el puesto: Pino había renunciado a la dirección técnica.

Llegué y me encontré con la mala noticia: el anterior arquero titular había regresado. Estábamos él, Juan Pablo y yo.

Después de una larga presentación, el técnico habló de la cantidad de arqueros del plantel. Dijo que iba a probar a todos, pero que él ya tenía a su preferido:
-Para mí el titular es Jota. Lo vi atajar y le tengo confianza. Sé que les puede sonar raro, pero es mi decisión.

Mis ojos brillaban, pero el técnico -cuyo nombre no recuerdo- ni me miraba. Miraba a otro Jota. Uno que jugaba de defensor y que, desde entonces, empezó a ser el arquero titular del equipo.

Yo era el cuarto en sus preferencias. Aunque no lo fui: fue el final de Jota en el fútbol federado. Me fui a casa y colgué los guantes. Con los pies ya no podía hacer nada más: me había convertido en un gran y ágil arquero, pero en un pésimo futbolista. De esa época no me quedan ni los chimpunes.


5/5/09

Ejercicio

Estar en Lima, de alguna manera, me devolvió la alegría. Trabajar doce horas diarias no impide que regrese al hotel -aunque cansado- con una sonrisa, placer del deber cumplido. O eso espero.

El edificio en el que está la oficina es una belleza. Antiguo, de cinco pisos, escaleras amplias y frescas, doble descanso y un patio central en la planta baja al que dan los balcones circulares de cada piso.

El ascensor, antiguo, al principio da un poco de miedo: es lúgubre, con botones automáticos pero de la prehistoria. Cada tanto, se queda; hay que rezar para que no le toque a uno.

Desde la terraza, ubicado en el quinto y último piso, se pueden observar los techos de muchas casas, las colillas de cigarrillos que visten esas superficies y los resabios de polvo producto de la falta de lluvia. Es una ciudad ideal para los loratadinodependientes: la alergia se hace presente desde el primer día (y yo, claro, ya compré mi blíster de loratadina).

La oficina en la que trabajo está en el cuarto. Es un cuadrado amplio, con una oficina que ocupamos Daniel -el director- y yo, y un bloque central de computadoras y redactores que le meten duro desde la mañana hasta la noche. Hay tres baños -dos masculinos y uno para las cuatro chicas del lugar-, una máquina de café -gratis a toda hora-, una de gaseosas -dos soles cada una- y otra de galletitas, chicles, caramelos y demases. Hay cinco plasmas, cuatro en la redacción y uno en la oficina, y ventanales amplios por donde entran la luz, el aire y el ruido céntrico de Lima.

Ayer, al llegar al edificio, me encontré con una sorpresa: no andaba el ascensor. "Por fin lo van a cambiar", se alegró Daniel. "Sí, pero yo no me aguanto más de un día subiendo por las escaleras", me quejé.
-Tendrás que aguantar veinte. Por veinte días no va a haber ascensor -siguió Daniel.
-...
-Ya era hora, hace tiempo que estamos pidiendo que lo arreglen. Se queda cada dos por tres.
-Y en serio van a tardar veinte días?
-Sí, más o menos eso.
-...
-Ah, claro... Tú te quedas veinte días más!

Así será: ejercicio obligatorio por los próximos veinte días. Dos veces por día para arriba, dos veces por día para abajo. Y a bajar las galletas integrales con nueces pecam y chocolate que como cada tarde...

3/5/09

Poderoso

Ser perdedor no es fácil. Y ser amigo, amiga o incluso cruzarse con un perdedor puede llegar a ser letal.

El viernes conocí a una amiblogger. Sí, una dueña de blog que, oh casualidad, vive en Lima. Quedé en encontrarme con ella, con Sushi Punk, al mediodía, para ir a almorzar.

Fiel lectora de mdp!, ya conocía mis inconvenientes alimenticios.
-Tendremos problemas para encontrar dónde comer, no? -inquirió.
-Sin dudas.

Pasó a buscarme por el hotel a la 1. Y echamos a andar. Caminamos, caminamos, caminamos, caminamos... charlamos, charlamos, charlamos, charlamos. Intenté explicarle que mis problemas alimenticios no son tan graves. O es grave que no te gusten las verduras crudas, las comidas muy condimentadas, los picantes, la mayonesa, la crema y el vino?

-Eres como una niña -dijo.

Creo que tiene algo de razón.

Mientras decidíamos dónde comer, llamó Vero, una amiga de Sushi. Hablaron unos segundos y Sushi me pasó el teléfono:
-Va a cocinar. Quiere ver si puede gustarte algo...

Tomé el celular...
-Sí, tengo problemas -arranqué-. No soy fácil para comer, sabelo. Ahora sí... Soy Jota, qué tal.
-Te gustan las pastas?
-Sí.
-Bueno, te preparo pastas y luego vemos con qué las comes.
-Bueno, pero no le pongas nada de nada.

Llegamos a la casa de Vero y ella estaba tomándose la mano, dolorida.
-Me quemé mientras cocinaba -contó; quiso sacar un poco de aceite de un sartén y se chorreó la mano. Feo, feo... me pasó muchas veces (ver archivo).

Empecé a sospechar de mí mismo.

Al rato contó sus problemas con su chico.
Después derribó sin querer un vaso y volcó todo el jugo de maracuyá en el jean de Sushi.
Al rato trajo un secador de pelo (para el jean de Sushi) y no hubo manera de que las patitas entraran en los enchufes.
Después Vero se golpeó la pierna con la mesa.
Fuimos a tomar algo, los tres, y pidió un vaso con agua para poder mojar su mano dolorida por la quemazón: le trajeron agua hirviendo...
Reclamó: le trajeron agua caliente.
Cuando salíamos, casi se cae en la calle.

Volvimos caminando con Sushi, hablando de la vida. La dejé en su casa (en realidad, se dejó ella; yo no tenía idea de dónde estaba), volví al hotel, cené... Y hablamos.
-No sabes lo que me pasó -dijo-. Fui a Vivanda (el súper que esta en la cuadra de mi hotel) a comprar cervezas con mi prima. Llevaba un pack de cervezas y mi pack chorreaba. Otra vez me manché todo el pantalón. Nunca me pasó algo así. Cuando llegué a casa era todo cerveza. Posta que no eres yeta, Jota?

La verdad, no supe qué contestarle...

1/5/09

MdP! cumple un año!

No lo esperaba, realmente. Jamás imaginé tanta comprensión, tanta derrota en el mundo bloggeril. Hace exactamente un año, el 1 de mayo de 2008, subí este post pensando que a la semana iba a dar de baja el blog porque no iba a entrar ni siquiera yo. Ni comentario tiene (soy tan perdedor que nadie lee mis post viejos).

Peeero... el mundo está lleno de perdedores. Y aquí están, muchos de ellos, reunidos, comentando, o entrando en silencio, o incluso criticándome porque no les gusta que sea tan quejoso.

El festejo aniversario me encuentra en otro país, solo y triste acá en este mundo abandonado. Llegué al hotel con cierta nostalgia, pensando que iba a soplar la vela solo, sin compañía. Peroqué sorpresón!! Me tenían preparada una fiesta sorpresa!



Gracias por venir, Simpsons!!! La pasamos genial. Ver bailar al señor Burns fue épico.

Gracias a todos.

Y gracias a ustedes por volver.


Yo no me quiero casar... (II)

Después de un par de días de meditarlo con la almohada, decidí qué hacer con la señorita protagonista de un par de post atrás. En realidad, ...