El Día del Niño me trajo recuerdos a montones. Uno de ellos me remonta muuuuchos años atrás. Yo era, claro, un niño.
Debía tener no más de once años. Por entonces yo iba a un club que quedaba bien lejos de mi casa, en Villa Lynch. Tenía que tomarme dos colectivos (84 y 190) para llegar e iba dos veces por semana a entrenar básquet, los sábados a pasar el día y los domingos a la mañana a jugar el partido. El resto del domingo, a veces, lo pasábamos en familia en otro club. Pero varios de mis amigos lo disfrutaban juntos: sus padres tenían o compartían casa en un country que quedaba, si no me equivoco, cerca de Luján.
A veces mis amiguitos me invitaban. Y yo iba. Y la pasaba bomba. Y pensaba en la suerte que tenían los otros chicos de poder estar todo el fin de semana juntos paveando ahí, yendo a la pileta, jugando a la pelota, comiendo asados, siempre juntos.
Una de esas tardes en las que fui invitado estábamos jugando en el pasamanos, que era algo así.
Mis amiguitos iban y venían, se tiraban, se trepaban, pasaban de caño a caño.
Yo no me animaba: lo veía difícil, peligroso, pensaba que no iba a poder llegar hasta el otro lado y que era alto como para caerse.
Pero me animé: me subí al escalón, me agarré del primer caño y avancé; dos, tres, cuatro...
Pánico.
Me paralicé. No me pude mover más. Me quedé ahí, agarrado en la mitad del pasamanos, las patitas colgadas, las lágrimas a punto de salir.
-Dale, Joti! Dale, seguí! -me decían los otros.
-No puedo! No puedo!
-Bueno, tirate!
-No, no! No puedo!
-Pero dale, Joti! Seguí, no pasa nada!
-No, no puedo!
Los chicos se miraron, preocupados. Unos salieron corriendo a buscar a 'algún grande' para que me viniera a rescatar. Se quedó otro, no recuerdo quién, que me alentaba a seguir.
Yo lloraba, todavía paralizado.
Pero cerré los ojos. Me puse firme. Me dije: "No podés ser tan perdedor". Y me propuse llegar hasta el final.
Abrí otra vez los ojos, avancé al siguiente caño, y al otro, y al otro, y... Me resbalé. Me caí. Aterricé en el piso. Obviamente no fue tan grave la caída, apenas un raspón.
Ya no lloraba.
Llegaron los otros chicos, algunos grandes, preocupados.
No había pasado nada. Ahí estaba yo: sano, salvo, apenas magullado, empezando a darme cuenta de que el resto de mi vida no sería nada fácil, y que las victorias las contaría con los dedos de las manos, las mismas manos que nunca pudieron llegar al final de un pasamanos.
11/8/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Yo no me quiero casar... (II)
Después de un par de días de meditarlo con la almohada, decidí qué hacer con la señorita protagonista de un par de post atrás. En realidad, ...
-
Todos lo estaban esperando, lo sé. Sí, lo sé, no digas que no, chiquita, no te hagas el distraído, flaco. Todos lo querían. Bueno, digan que...
-
Cuando una amiga te invita a una fiesta (más bien reunión) de "solos y solas", de gente aparentemente normal (como yo, claro) que ...
-
Cómo saber si soy un perdedor o una perdedora? Tomá papel y lápiz, sumá los puntos ante cada respuesta y al final compará tus resultados con...
19 comentarios:
Pero al menos te rebelaste contra ese prejuicio perdedor, Jotin.
(Me parece muy tierno que te llamaran Joti)
Besito =)
¿Te llamaban joti posta?
Salut!
juaaaaaaaaaaaaaaaa qué loooooooooooooser!!!
me has hecho reír con tu romanticismo joti :)
que ternura Jota de niño!
Dicen que hay cosas que, de mocosos, nos marcan. En tu caso capaz que haya sido ese fatídico pasamanos. Al menos probaste che, peor hubiese sido mirarlo desde abajo y seguir preguntándote hasta hoy que hubiera pasado.
Mejor perdedor que cobarde ;)
Bien ahí joti tratando de superar sus miedos!
Sooo sweet!
Me dió ternura este post.
¿Y si probás ahora? ¿Habrá pasamanos altos como para una persona "estándar"?
Besos rosarinos. ^^
Ay, jota...
Cuando contás estas cosas me da ganas de abrazate a vos y al que fuiste de chiquito.
Tu amiguta machantecita te hubiera protegido
En realidad, vos tenias mayor instinto de supervivencia, osea que eras mas evolucionado que los demas.
Jotis, estos post son casi de blog de nena! ser perdedor no es tan terrible, no te pongas asi!
yo tampoco nunca llegué a ningun lado y soy una princesa feliz
besos con abrazo!!!!
Pero Jota, qué torpe! Aunque me sentí identificada, yo la primera vez que subí a uno me caí y nunca más lo hice, y tuve que ver cómo todos se colgaban de cabeza y no entendían mi miedo. Aunque no tenía esa forma, era una especie de semi-circulo. Y me traumó :(
Ahora, en las hamacas, soy una campeona... siempre y cuando no llegue muy alto. jajaja ;)
Besote Jotaaaa (y cuidado, te estoy pisando los talones en el ranking del Ayala)
Yo NUNCA pude terminar uno. De hecho nunca pude llegar al tercer coso.
Y bueno... soy una perdedora...
No entiendo como con una anecdota de ganador la transformas en un comentario perdedor.
Eso es tener un don, o algo asi.
AAAA pero que tierno, medio triste, aaaa qué dulce....
nene... llevo 26 años viviendo en donde estan esos cositos y sinceramente... jamas tuve el valoooor de subirme, me dan panico!! asi que sentite mejor !!! :OP
Hola que tal mi nombres es Steffy, y veo que su blog
es original con mucho contenido realmente interesante.
Le cuento que tengo un directorio llamado "Mundo Inicio" me gustaría saber si usted
está interesado en formar parte de el, a cambio le pediría si podría enlazar uno
de mis 2 blogs que tengo, una es de "apuestas deportivas" y la otra habla sobre la
"ruleta y casinos en general". Porfa si estas interesado o quieres saber más al respecto no
dudes en contactarme: sist.deruelta@hotmail.com
Un fuerte abrazo. Saludos
Atte: Steffy
Perdón, Joha, pero no entendí: vivís en un pasamanos????
mucha ternura...
me parece a mi o Anònimo/Steffy viene a un blog de perdedores para captar gente tan perdedora como para dejar su dinero en apuestas deportivas y en la ruleta y casinos?...
pues, a mi me pasaba lo mismo, pero yo si me podia subir, lo que no podia hacer era colgarme de cabeza con las piernas como los otros chicos jaja
Publicar un comentario